La contaminación por mercurio es un problema creciente que causa cada vez más preocupación. Este metal es liberado a la atmósfera por los volcanes, los incendios forestales, la combustión del carbón, etc. Puede depositarse en lagos y ríos, donde se acumulará en los tejidos de los peces. De este modo, ciertas especies de pescado han dejado de ser comestibles y otras lo son sólo de forma limitada.
Sólo en los Estados Unidos se hallan en servicio 1.140 centrales térmicas de carbón. Hacia 2010 estarán liberando 60 toneladas anuales de mercurio a la atmósfera, a menos que se apliquen medidas de restricción. Algunas propuestas sugieren recortar las emisiones hasta las 28 toneladas en 2008. Sin embargo, hay que encontrar el modo de conseguirlo.
Todo el carbón contiene pequeñas cantidades de mercurio, que es liberado cuando se quema. La mejor tecnología actual para retirar este metal supone inyectar diminutas partículas de carbón activado, un material absorbente que se emplea en muchos sistemas de filtración, directamente en las chimeneas.
El proceso, sin embargo, tiene sus problemas. Se requieren 3 kg de carbón activado para capturar un solo gramo de mercurio. Ello implica miles de toneladas, con un precio de 2.000 a 5.000 millones de dólares al año si se quiere eliminar todo el mercurio producido. Por otro lado, el proceso contamina un subproducto de la combustión, la ceniza que a menudo se vende comercialmente para hacer hormigón, lo que impediría su venta.
Mazyck y su ayudante Chang-Yu Wu (expertos de la University of Florida) desarrollaron un método alternativo que emplea partículas de sílice, implantadas con un fotocatalizador, una sustancia que reacciona con la luz ultravioleta. Cuando la luz ilumina el catalizador, causa una reacción química que produce moléculas llamadas radicales hidroxilos. Estas moléculas “limpian” el agua y regeneran el sílice. Esto permite reutilizarlo para eliminar más toxinas.
El sistema también parece funcionar cuando se trata de retirar el mercurio de las emisiones a la atmósfera. El sílice absorbe 10 veces más mercurio que el carbón activado, y se espera que esta capacidad aún pueda mejorarse.
El sílice cuesta más que el carbón activado, pero se necesita una menor cantidad de él para hacer el mismo trabajo. Además, puede ser reutilizado, reduciendo aún más su coste. El mercurio capturado por el sílice puede ser asimismo reciclado para producir nuevos productos, como lámparas fluorescentes.
Información adicional en:
University of Florida
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