En condiciones normales, este singular vendaje se limita a monitorizar la herida o quemadura, a fin de detectar la proliferación indeseada de bacterias.
Si surge una infección, el vendaje libera automáticamente un agente antimicrobiano.
Si esta operación no puede detener la infección, entonces el vendaje cambia su color para alertar al paciente o al personal sanitario.
Cuando esté plenamente operativo y aprobado para su uso médico, este vendaje ayudará a combatir las infecciones en heridas y quemaduras, gracias a su actuación inmediata cuando surja una, y también a su señal de alerta temprana cuando no consiga controlarla.
El problema de la infección de heridas, especialmente con la evolución de bacterias resistentes a los antibióticos, como la Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA, por sus siglas en inglés), es bien conocido por mucha gente, pero no así el hecho de que las infecciones de heridas son la causa específica de muerte de la mitad de todas las personas que fallecen a consecuencia de quemaduras térmicas.
La tecnología que el equipo del Dr. Toby Jenkins, director del Grupo de Investigación de Química Biofísica en la Universidad de Bath, Reino Unido, está desarrollando, va orientada sobre todo a tratar quemaduras en niños pequeños.
ste prometedor proyecto actualmente se está llevando a cabo en cinco países europeos, y recientemente el Dr. Jenkins hizo públicas, durante una conferencia celebrada en la Universidad de Leicester, Reino Unido, diversas cuestiones sobre el progreso de la labor de investigación y desarrollo.
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