Imaginen el consumo diario de energía promedio de un ciudadano, más sencillo, tuyo. Te levantas y enciendes el calentador de agua (que usa gas) y esperas unos 10-15 minutos para que el agua tenga la temperatura adecuada (quemaste unos 15 litros de gas propano) y luego dejas correr el agua (unos 80 litros de agua en un baño promedio de 7-10 minutos). Enciendes la tele, la radio o el estereo para llenar de sonido el ambiente (consumes muchos kilowatts de energía en unos minutos), tomas tu auto o el transporte público y nuevamente se consumen combustibles. Al día, en promedio, estamos arrojando cada uno unos 80 kg de gases de invernadero a la atmósfera y consumiendo suficiente combustible fósil como para mantener un par de hogares en Africa por una semana. ¿Hay una solución? Emplear combustibles alternativos, nos lo han dicho siempre, pero en un mundo adicto al petroleo, no habíamos hecho mas que esperar a que el petróleo empezara a escasear para tomarlo en serio. Hoy en día, se desarrollan tecnologías enzimáticas y catalíticas para transformar biomasa rica en celulosa (por ejemplo, los desperdicios agrícolas) en azucar susceptible a convertirse en azúcares y otros compuestos orgánicos que pueden transformarse en alcoholes y otros destilados, todos ellos precursores químicos o combustibles alternativos. Realmente, la química nos puede dar alternativas y una mayor conciencia ambiental de nuestros recursos.
No comments:
Post a Comment