Saturday, April 05, 2008

Historia del lápiz de grafito

En 1564 se descubrió el grafito, en Cumberland, (Inglaterra, cercana a la frontera con Escocia). Esto permitió la invención de los lápices de grafito.
A partir de la mitad del Siglo XVII, las minas inglesas de grafito eran explotadas por la corona, y servían también para la fundición de cañones y su producción estaba muy reglamentada, por lo que se penaba con pena de muerte al obrero que llegara a extraer un fragmento de dicho material.
En 1760, el químico Kaspar Faber, artesano de Baviera, Alemania, mezcló grafito con polvo de azufre, antimonio y resinas, hasta que dio con una masa espesa y viscosa que, convertida en varita, se conservaba más firme que el grafito puro.
El lápiz, conocido en todo el mundo, es originario de Nuremberg. Los "Bleystefftmachter" son conocidos en Nuremberg desde 1659. El fabricante Lothar von Faber de Stein, cerca de Nuremberg, fue el primero en Alemania en utilizar modernas técnicas de fabricación y de esta forma convirtió el lápiz en un bien común. Hasta la fecha, las empresas de Nuremberg tales como Faber-Castell, Staedler y Lyro son líderes absolutos en la producción de lápices.
En 1792 se cortaron las relaciones entre Francia e Inglaterra. Esto hizo que el ingeniero francés
Jacques-Nicolás Conté , ideara unos lápìces de grafito y arcilla, rodeados de madera de cedro. Pronto se impusieron en todo el mundo. Aunque otras documentaciones indican que el verdadero inventor fue el hijo de un carpintero, el austríaco Josef Hardtmuth
La dureza de los lápices depende de la proporción entre grafito (una variedad del carbono) y arcilla: cuanto más grafito se utilice, más blando u oscuro es el trazo del lápiz. Se mezclaba polvo de grafito con arcilla, cortando en pequeñas barras que luego se cocían.
En 1812 el estadounidense
William Monroe perfeccionó este proceso.
John Eberhard (nacido en 1822) construyó la primera fábrica de lápices en gran escala, en Estados Unidos de América.

Fabricacion del lapiz


Grafito, arcilla y agua son mezclados (el porcentaje de grafito y arcilla segun la dureza de la mina ), hasta crearse una masa consistente y uniforme. Esta masa será introducida en una horno que le retirará la mayor parte del agua. El resultado, una piedra de arcilla y grafito va a ser triturada y reducida a pequeños granos que posteriormente serán introducidos en rollos compresores para eliminar impurezas existentes en la arcilla. Después de este proceso el producto resultante será compactado formando un cartucho macizo de grafito que será colocado en una maquina de donde saldrán los “hilos” de mina. Estos “hilos” son cortados a la medida del lápiz, entrarán en una máquina de secar que les retirará el agua que aún resta y van a cocer en un horno a la temperatura 1.020ºC. Para que las minas queden resistentes, blandas, aptas para escribir y borrar, serán impregnadas de grasa por ósmosis.
"Si la mina es alma del lápiz la madera es su cuerpo…"
En las tablas de cedro (1) serán abiertas varias ranuras (2), donde van a ser colocadas las minas (3). Posteriormente es sobrepuesta otra tabla también con ranuras (4), que forman dos tablas con minas en su interior (5). Estas son insertadas en una prensa donde quedarán a secar durante 24 horas. Termino este periodo, van finalmente dar origen a los diferentes formatos de lápices a través de un proceso de separación. Terminada esta operación los lápices aún en bruto necesitan de ganar su propia “personalidad”, pasaran a la sección del barniz que les dará el acabado final.

Primero van a ser barnizados varias veces cada unidad hasta queden con un color totalmente uniforme. De seguida seran cortados los topes para limpiar los excesos de barniz y aplicados todos los tipos de acabados (impresión, colocación de las gomas, cabezas pintadas, etc...). A partir de aquí los lápices están listos para que sean envasados y servidos al cliente.

Josef Hardtmuth

Hijo de un carpintero de Aspern an der Zaya, Baja Austria, Hardtmuth aprendió en Viena el oficio de albañil, llegó a ser arquitecto de los Príncipes de Liechtenstein y fundó posteriormente una fábrica de tejas y una manufactura de loza.
Descontento con la baja calidad de los utensilios de los que entonces se disponía para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar la arcilla con polvo de grafito, formar unas minas y cocerlas, para sumergirlas después en un baño de cera para que el grafito dejara rastro en el papel.
Añadiendo las cantidades adecuadas de arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz, y en 1792 fundó su propia empresa en Viena, cuya producción sigue existiendo hoy en día.


William Monroe

En 1812 en Concord (Massachusetts, EE.UU.) William Monroe fabricó una máquina que producía tablillas semicilíndricas de madera de 16 a 18 centímetros de longitud. A lo largo de las mismas el aparato marcaba estrías en el centro del delgado semicilindro. Monroe unía con cola las dos partes de madera, pegándolas en torno al grafito. Así fue como nació el lápiz tal y como lo conocemos en la actualidad

Jacques-Nicolás Conté

Nació en St. Cénery (Francia) el año 1755 y llegó a ser famoso físico, químico, ingeniero, militar y pintor. Fue cofundador del Conservatorio de Artes y Oficios de París, y descubrió la plombalgina artificial -a base de grafito y arcilla- usada en la fabricación de minas de los lapiceros. Artísticamente, fue discípulo del famoso pintor y grabador Jean Baptiste Greuze, llegando a destacar como pintor de temas religiosos y de retratos. Y no deben olvidarse sus aficiones aeronáuticas, ya que llegó a dirigir la Escuela Nacional de Aerostática francesa, en esa época heroica de los primeros globos de los hermanos Montgolfier, contemporáneos de Conte.
También se distinguió al tomar parte, como ingeniero militar, en la campaña napoleónica de Egipto, ejecutando numerosos croquis y dibujos, que figuran en las publicaciones de los sabios de la expedición. Existe un retrato suyo ante las pirámides, con un vendaje que cruza su frente y coulta su ojo perdido. Murió en 1805.
En uno de sus experimentos químicos perdió su ojo izquierdo a consecuencia de una explosión de hidrógeno

2 comments:

Ana Carlota Cano said...

hola, he visto que has publicado este artículo sobre la historia del grafito y me preguntaba si podrías decirme que perdurabilidad tiene el grafito, es decir, cuanto dura algo escrito con lápiz. Gracias

Unknown said...

Hace poco empecé a escribir un libro personal, hoy me senté en la mesa a hacer unos ejercicios y reconocí que el lápiz grafito, era mi lápiz ideal para escribir. Y me sorprendí cuando alguien ya andaba en busca de algo que pensaba sin respuesta jaja, y al parecer aun no se encuentra, saludos!!

 NEODIMIO  ¡no te lo pierdas!