El Buckypaper le debe sus impresionantes características a los cada vez más populares nanotubos de carbono. Estos pequeñísimos cilindros formados por átomos de carbono, con un diámetro 50.000 veces menor que el de un cabello humano, también son los responsables de la existencia de este material. Al igual que ocurre con otros materiales compuestos, Buckypaper puede laminarse en hojas muy delgadas que luego se “pegan” unas sobre otras para formar paneles extremadamente resistentes. Estos sándwiches se pueden emplear para construir coches y aviones, reemplazando a los metales habituales. Como “bonus especial”, los fabricantes pueden variar las proporciones de sus componentes para hacerlo mejor o peor conductor de la electricidad. Así, es posible tener paneles que son perfectos aislantes de la corriente eléctrica, o conductores tan buenos como el cobre. El compuesto se está desarrollando desde hace unos veinte años en la Universidad de Florida (California). La elaboración del buckypaper se lleva a cabo solo en laboratorios
Luego de dos décadas de estudios y ensayos, el Buckypaper está casi listo para ser aplicado en productos comerciales. Uno de sus primeros usos será la aplicación sobre la estructura de vehículos aéreos y terrestres. Por supuesto, los ingenieros estarán encantados de contar con un material tan fuerte y liviano, y es posible que hasta las carcasas de nuestros teléfonos móviles u ordenadores portátiles se beneficien de sus bondades.
Fuente: http://www.neoteo.com/buckypaper-coches-y-aviones-hechos-de-papel-14044.neo
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