El sistema circadiano humano (el conjunto de ciclos biológicos que se repiten aproximadamente cada 24 horas) necesita de la exposición diaria a la luz solar en la retina del ojo para permanecer sincronizado con el día solar. Sin embargo, no todas las exposiciones a la luz son iguales.
La luz de onda corta (en la franja del azul), incluyendo la luz natural proveniente del cielo azul, es muy eficiente estimulando el sistema circadiano. La exposición a luz de otras longitudes de onda (de otros colores) requiere de mayor tiempo o mayor intensidad de exposición para alcanzar la misma eficacia en el ajuste del reloj.
Una insuficiente exposición a la luz solar genera desajustes del reloj circadiano, que pueden conducir a insomnio durante la noche, somnolencia durante el día, e incluso a otros trastornos incluyendo depresión.
Los cristales de las ventanas a veces pueden interceptar más luz solar de la franja azul que de otras, aunque las personas de la habitación no se percaten de ello. Lo ideal para dejar pasar la luz diurna con su preciado componente azul es disponer de amplias ventanas y abrirlas, de modo que ningún vidrio se interponga entre el exterior y el interior. Sin nada que pueda filtrar la luz solar, ésta seguro que entra en la sala conservando su composición cromática en el estado más natural posible.
El problema es que en medio de un sector urbano muy transitado por vehículos, o una zona industrial, tener abiertas las ventanas implica dejar pasar aire contaminado. Y, por supuesto, en invierno o en verano, mantener abiertas las ventanas implica mayor gasto energético en aire acondicionado o calefacción.
El equipo de Jörn Probst y Walther Glaubitt, del Instituto Fraunhofer para la Investigación de Silicatos en Würzburg, Alemania, ha desarrollado un tipo de vidrio que está preparado para facilitar el paso a través de él de la luz en la parte azul del espectro. El rasgo decisivo que dota de esa capacidad al citado vidrio es la presencia en el mismo de un recubrimiento inorgánico especial, duradero y apenas perceptible. El grosor de esta capa es de tan sólo 0,1 micrómetros. Nunca antes se había logrado producir vidrio con estas características. Y según Glaubitt, la gente que está en espacios interiores con ventanas provistas de este singular vidrio, se siente como si las ventanas estuvieran permanentemente abiertas y la luz solar entrase sin ningún tipo de filtro.
La razón de por qué este vidrio genera tal sensación es que su máxima capacidad de transmisión se halla en la franja de longitudes de onda que es exactamente la franja de la luz azulada donde mayor es la influencia reguladora sobre el ciclo circadiano.
Referencia
http://noticiasdelaciencia.com/not/5075/cristal_de_ventanas_para_potenciar_la_franja_de_luz_solar_mejor_para_el_ritmo_circadiano/
Blog de cursos y estudiantes de Químicas del Departamento de Ciencias Quimico-Biológicas en la Universidad de las Américas Puebla.
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