23 de febrero, 2001 -- Nuevos hallazgos aportan evidencia de que la extinción masiva más severa en nuestro planeta-- un acontecimiento que eliminó el 90 % de la vida en la Tierra hace 250 millones de años-- fue desencadenada por la colisión con un cometa o asteroide.
Más del 90 % de todas las especies marinas y el 70 % de los vertebrados terrestres murieron como consecuencia de este impacto, según un equipo de investigación patrocinado por la NASA y dirigido por el Dr. Luann Becker, de la Universidad de Washington (UW) en Seattle. Los resultados de la investigación se publicarán en la edición de hoy de la revista Science.
La colisión no fue directamente responsable de la extinción, pero desencadenó una serie de acontecimientos, como volcanismo masivo y cambios en el oxígeno del agua, el nivel del mar y el clima. Esto a su vez orginó la extinciones masivas, según el equipo de investigadores.
"Si las especies no se pueden adaptar, mueren. Sobrevive el más fuerte", dice Becker. "Para borrar el 90% de los organismos, hay que atacar en más de un frente".
Los científicos no saben el sitio del impacto de hace 250 millones de años, cuando la Tierra era un supercontinente llamado Pangea. Sin embargo, el cuerpo espacial dejó una marca --complejas moléculas de carbono llamadas "buckminsterfullerenos", con los gases nobles helio y argón atrapados dentro de una estructura enjaulada. Los fullerenos, que contienen por lo menos 60 atómos de carbono y tienen una estructura parecida a la de un balón de fútbol o a la de un domo geodésico, fueron nombrados en honor de Buckminster Fuller, inventor del domo geodésico.
Los investigadores saben que estos fullerenos son extraterrestres porque los gases nobles atrapados en su interior tienen una proporción poco común de isótopos - átomos cuyos núcleos tienen el mismo número de protones pero un número diferente de neutrones. El helio terrestre es sobretodo helio -4 (dos neutrones y dos protones), mientras que el helio extraterrestre está enriquecido con helio-3 (un neutrón y dos protones).
"Estas cosas forman estrellas de carbono. Por eso es tan emocionante encontrar fullerenos", dice Becker. Las temperaturas extremas y la presión de los gases en las estrellas de carbono son tal vez la única manera en que los gases nobles extraterrestres puedan ser introducidos a la fuerza en un fullereno, explicó.
Estos fullerenos cargados de gas se formaron fuera del sistema solar. Su concentración en el límite de las capas sedimentarias de los períodos Pérmico y Triásico significa que fueron librados por cometas o asteroides. Los investigadores estiman que el cometa o asteroide tenía apenas 6 o 12 kilómetros de diámetro, el mismo tamaño que el asteroide que se cree fue responsable de la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Los reveladores fullerenos que contenían helio y argón fueron extraídos de sitios donde se veía la división entre las capas sedimentarias del Pérmico y el Triásico: en Japón, en China y en Hungría. La evidencia no fue muy concluyente en el sitio húngaro, pero en las muestras de China y de Japón sí, dice Becker.
El trabajo del equipo de investigadores se dificultó porque hay muy pocas rocas de hace 250 millones de años en la Tierra. La mayoría de las rocas se han reciclado a través de los procesos tectónicos del planeta. "Nos tomó dos años hacer esta investigación, tratando de delimitarla lo suficiente para poder ver la marca del fullereno", agrega Becker.
Esta nueva evidencia incrimina a las colisiones cósmicas en la segunda extinción masiva de nuestro planeta. Los científicos creen que otra colisión hizo desaparecer a los dinosaurios hace 65 millones de años. El cráter de esta colisión puede ser visto desde el espacio cerca de la península de Yucatán, en México.
La extinción masiva de hace 250 millones de años se conoce desde hace mucho tiempo porque muchos de los fósiles --como las más de 15 000 especies de trilobites que alguna vez existieron-- dejan de ser frecuentes cerca de la división entre las capas sedimentarias, y desaparecen por encima de esta división. Existe también evidencia, respaldada por las últimas investigaciones, que sugiere que la extinción sucedió muy rápido, de 8 000 a 100 000 años.
Anteriormente, los científicos pensaban que cualquier colisión con un asteroide o cometa habría dejado como evidencia el elemento iridio, marca encontrada en la capa de sedimentos de la época de la extinción de los dinousarios. El iridio se encontró en la división entre las capas sedimentarias del Pérmico y el Triásico, pero no se encontró la misma concentración que cuando los dinousarios desaparecieron. Becker cree que la diferencia se debe a que los dos cuerpos espaciales que chocaron contra la Tierra tenían composiciones diferentes.
Más del 90 % de todas las especies marinas y el 70 % de los vertebrados terrestres murieron como consecuencia de este impacto, según un equipo de investigación patrocinado por la NASA y dirigido por el Dr. Luann Becker, de la Universidad de Washington (UW) en Seattle. Los resultados de la investigación se publicarán en la edición de hoy de la revista Science.
La colisión no fue directamente responsable de la extinción, pero desencadenó una serie de acontecimientos, como volcanismo masivo y cambios en el oxígeno del agua, el nivel del mar y el clima. Esto a su vez orginó la extinciones masivas, según el equipo de investigadores.
"Si las especies no se pueden adaptar, mueren. Sobrevive el más fuerte", dice Becker. "Para borrar el 90% de los organismos, hay que atacar en más de un frente".
Los científicos no saben el sitio del impacto de hace 250 millones de años, cuando la Tierra era un supercontinente llamado Pangea. Sin embargo, el cuerpo espacial dejó una marca --complejas moléculas de carbono llamadas "buckminsterfullerenos", con los gases nobles helio y argón atrapados dentro de una estructura enjaulada. Los fullerenos, que contienen por lo menos 60 atómos de carbono y tienen una estructura parecida a la de un balón de fútbol o a la de un domo geodésico, fueron nombrados en honor de Buckminster Fuller, inventor del domo geodésico.
Los investigadores saben que estos fullerenos son extraterrestres porque los gases nobles atrapados en su interior tienen una proporción poco común de isótopos - átomos cuyos núcleos tienen el mismo número de protones pero un número diferente de neutrones. El helio terrestre es sobretodo helio -4 (dos neutrones y dos protones), mientras que el helio extraterrestre está enriquecido con helio-3 (un neutrón y dos protones).
"Estas cosas forman estrellas de carbono. Por eso es tan emocionante encontrar fullerenos", dice Becker. Las temperaturas extremas y la presión de los gases en las estrellas de carbono son tal vez la única manera en que los gases nobles extraterrestres puedan ser introducidos a la fuerza en un fullereno, explicó.
Estos fullerenos cargados de gas se formaron fuera del sistema solar. Su concentración en el límite de las capas sedimentarias de los períodos Pérmico y Triásico significa que fueron librados por cometas o asteroides. Los investigadores estiman que el cometa o asteroide tenía apenas 6 o 12 kilómetros de diámetro, el mismo tamaño que el asteroide que se cree fue responsable de la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Los reveladores fullerenos que contenían helio y argón fueron extraídos de sitios donde se veía la división entre las capas sedimentarias del Pérmico y el Triásico: en Japón, en China y en Hungría. La evidencia no fue muy concluyente en el sitio húngaro, pero en las muestras de China y de Japón sí, dice Becker.
El trabajo del equipo de investigadores se dificultó porque hay muy pocas rocas de hace 250 millones de años en la Tierra. La mayoría de las rocas se han reciclado a través de los procesos tectónicos del planeta. "Nos tomó dos años hacer esta investigación, tratando de delimitarla lo suficiente para poder ver la marca del fullereno", agrega Becker.
Esta nueva evidencia incrimina a las colisiones cósmicas en la segunda extinción masiva de nuestro planeta. Los científicos creen que otra colisión hizo desaparecer a los dinosaurios hace 65 millones de años. El cráter de esta colisión puede ser visto desde el espacio cerca de la península de Yucatán, en México.
La extinción masiva de hace 250 millones de años se conoce desde hace mucho tiempo porque muchos de los fósiles --como las más de 15 000 especies de trilobites que alguna vez existieron-- dejan de ser frecuentes cerca de la división entre las capas sedimentarias, y desaparecen por encima de esta división. Existe también evidencia, respaldada por las últimas investigaciones, que sugiere que la extinción sucedió muy rápido, de 8 000 a 100 000 años.
Anteriormente, los científicos pensaban que cualquier colisión con un asteroide o cometa habría dejado como evidencia el elemento iridio, marca encontrada en la capa de sedimentos de la época de la extinción de los dinousarios. El iridio se encontró en la división entre las capas sedimentarias del Pérmico y el Triásico, pero no se encontró la misma concentración que cuando los dinousarios desaparecieron. Becker cree que la diferencia se debe a que los dos cuerpos espaciales que chocaron contra la Tierra tenían composiciones diferentes.
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