SOBRE FEROMONAS HUMANAS
Para atraer a los miembros del otro sexo los insectos utilizan unas sustancias químicas denominadas feromonas. ¿Pueden los humanos usar este mismo tipo de señales “químicas” para atraer a las potenciales parejas? Al parecer según los científicos esto es sólo una fantasía o deseo de algunos. Pero esto parece ser simplemente un deseo sin base científica según George Preti y Charles Wysocki del Monell Chemical Senses Center.Según ellos aún están aprendiendo cómo funciona la comunicación feromonal entre humanos, aunque basándose en sus trabajo afirman que las feromonas humanas no funcionan como atrayentes sexuales.
De momento los efectos de éstas en el comportamiento social de humanos adultos nunca ha sido documentada en una revista de prestigio. Primero identificadas en insectos, las feromonas son sustancias químicas secretadas al ambiente por un individuo para producir una respuesta programada en otro de la misma especie. Por definición dicha respuesta es involuntaria.Las respuestas a las feromonas por parte de los insectos están bien definidas, e incluyen efectos sobre la atracción y el comportamiento sexual. La primera feromona que se identificó la segrega la hembra de la mariposa del gusano de seda para atraer a los machos.
En el lenguaje de la calle solamente se asocian las feromonas a una rápida respuesta en la atracción sexual, pero las feromonas se dividen en varias categorías dependiendo de las características de la respuesta que induce.Las feromonas de dispersión tienen una respuesta rápida y están relacionadas con la atracción sexual en insectos o con una señal de peligro o alarma, tanto en insectos como en mamíferos, y que pueden provocar un comportamiento agresivo o una retirada rápida.Las feromonas de imprimación tienen un efecto a largo plazo sobre el receptor y quizás están afectadas por la expresión genética. Este tipo de feromonas están destinadas a los procesos reproductivos y del desarrollo, como las que la abeja reina usa para detener el desarrollo de los ovarios en las abejas obreras.Las feromonas señalizadoras suministran información como el sexo o edad de un individuo.
Los científicos están empezando a creer también que ciertas feromonas de los primates quizás afecten el estado de ánimo del receptor denominándolas feromonas moduladoras.Para ser clasificada como feromona, un sustancia química o un pequeño conjunto de las mismas debe de obtenerse de un miembro de la especie, caracterizarse estructuralmente y mostrar el efecto involuntario que produce otros miembros de la misma especie. Las sustancias químicas son en general aisladas de los mamíferos a partir de secreciones como el sudor, saliva, orina… Se han encontrado feromonas en el cerdo y el hámster, por ejemplo.Sin embargo, las feromonas humanas se han mostrado elusivas.
Hasta el día de hoy no se ha publicado que se haya aislado e identificado ninguna feromona humana, pero algunos estudios han demostrado una respuesta feromonal en humanos que indica que respondemos a alguna feromona. Por ejemplo, Preti y Wysocki establecieron que ciertas sustancias químicas sin identificar obtenidas de la axila del varón afectan la secreción de hormonas reproductivas en la mujer (hormona de imprimación) y su estado de ánimo (hormona moduladora).Pero como la respuesta humana a las feromonas y a otras sustancias está determinadas por nuestras experiencias, contexto e información recibida, estos investigadores no creen que se dé el mismo tipo de respuesta de atracción involuntaria que se da en la mariposa del gusano de seda.
De todos modos si existiera algo así y se pudiera sintetizar, el hecho de que todos dispusieran de esta arma haría que la posición de ventaja despareciera en el momento en el que se democratizase. Y es que, como todo en la vida, los efectos supuestamente beneficiosos de una ventaja (dinero, posición social, estudios…) se dan sólo si los demás no disponen de ella.
Fuente: The Monell Chemical Senses Center
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