La imagen obtenida con el Telescopio Solar Óptico (SOT) del Hinode muestra el momento en el cual la mancha solar 930 desata una poderosa llamarada solar de clase X. El SOT tiene una resolución de 0,2 segundos de arco, ó 0,00006 grados; esto significa que puede distinguir en el Sol rasgos que midan apenas 145 km (90 millas) de ancho, desde su órbita, ubicada a una distancia de 150 millones de kilómetros (93 millones de millas), bastante impresinante para la distancia, como un hubble para el sol.
Una de las caractersticas que hace único al telescopio solar Hinode es su exclusiva capacidad para ver el campo magnético del Sol, según John Davis, científico del proyecto Hinode para la NASA, en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales. Esta es una característica que el Hinode utilizó para revelar los detalles del magnetismo involucrado en la llamarada que tuvo lugar el 13 de diciembre.
Las llamaradas solares son esencialmente magnéticas, en el remolino que se forma sobre una mancha solar, las líneas de fuerza magnética se retuercen y se estiran hasta que la tensión alcanza un punto de quiebre y ocurre la explosión. Una banda como analogía, sosteniendo un extremo en cada mano: ahora se retuerce y estira, si se retuerce, retuerce y vuelve a torcer hasta que no se pueda más, la banda de goma finalmente se romperá, liberando dolorosamente toda la energía que se le imprimió.
Los campos magnéticos se comportan de un modo muy similar a las bandas de goma, y el Hinode pudo ver el retorcimiento y el estiramiento que precedió a la llamarada del 13 de diciembre. La imagen parece un furioso huracán, ¡casi dos veces más ancho que la Tierra! de hecho, es un mapa del campo magnético de la zona de la llamarada, en el flanco sur de la mancha solar 930. Estos datos fueron obtenidos por el espectro-polarímetro del Hinode, un dispositivo que puede detectar campos magnéticos analizando la polarización de la luz que proviene de los iones de hierro en la atmósfera del Sol.
El huracán es de hecho un gigantesco tubo de flujo magnético que emerge por debajo de la superficie del Sol, conforme rota, las líneas de campo magnético se retuercen y se estiran, mientras que las polaridades N y S se apilan hasta quedar muy juntas unas de las otras, lo que provoca una acumulación de tensión y energía. El 13 de diciembre de 2006 se liberó una llamarada solar de categoría X3, la explosión lanzó hacia el espacio una eyección de masa coronal (EMC), una nube de gas de mil millones de toneladas, la cual encendió auroras boreales de gran. Las ondas de choque en la EMC aceleraron iones pesados hasta velocidades cercanas a las de la luz, y estos iones viajaron alrededor de la Tierra y de la Luna durante más de un día, lo que se denomina tormenta de radiación.
Desde que fueron descubiertas en 1859, por Lord R. C. Carrington y R. Hodgson, se ha estado trabajando arduamente para poder predecirlas, pero no ha sido posible debido a la dificultad de confeccionar mapas del campo magnético del Sol. La capacidad que tiene el telescopio Hinode de examinar los campos magnéticos desde su órbita alrededor de la Tierra constituye un nuevo y crucial avance para poder determinar las explosiones solares.
Las llamaradas solares son esencialmente magnéticas, en el remolino que se forma sobre una mancha solar, las líneas de fuerza magnética se retuercen y se estiran hasta que la tensión alcanza un punto de quiebre y ocurre la explosión. Una banda como analogía, sosteniendo un extremo en cada mano: ahora se retuerce y estira, si se retuerce, retuerce y vuelve a torcer hasta que no se pueda más, la banda de goma finalmente se romperá, liberando dolorosamente toda la energía que se le imprimió.
Los campos magnéticos se comportan de un modo muy similar a las bandas de goma, y el Hinode pudo ver el retorcimiento y el estiramiento que precedió a la llamarada del 13 de diciembre. La imagen parece un furioso huracán, ¡casi dos veces más ancho que la Tierra! de hecho, es un mapa del campo magnético de la zona de la llamarada, en el flanco sur de la mancha solar 930. Estos datos fueron obtenidos por el espectro-polarímetro del Hinode, un dispositivo que puede detectar campos magnéticos analizando la polarización de la luz que proviene de los iones de hierro en la atmósfera del Sol.
El huracán es de hecho un gigantesco tubo de flujo magnético que emerge por debajo de la superficie del Sol, conforme rota, las líneas de campo magnético se retuercen y se estiran, mientras que las polaridades N y S se apilan hasta quedar muy juntas unas de las otras, lo que provoca una acumulación de tensión y energía. El 13 de diciembre de 2006 se liberó una llamarada solar de categoría X3, la explosión lanzó hacia el espacio una eyección de masa coronal (EMC), una nube de gas de mil millones de toneladas, la cual encendió auroras boreales de gran. Las ondas de choque en la EMC aceleraron iones pesados hasta velocidades cercanas a las de la luz, y estos iones viajaron alrededor de la Tierra y de la Luna durante más de un día, lo que se denomina tormenta de radiación.
Desde que fueron descubiertas en 1859, por Lord R. C. Carrington y R. Hodgson, se ha estado trabajando arduamente para poder predecirlas, pero no ha sido posible debido a la dificultad de confeccionar mapas del campo magnético del Sol. La capacidad que tiene el telescopio Hinode de examinar los campos magnéticos desde su órbita alrededor de la Tierra constituye un nuevo y crucial avance para poder determinar las explosiones solares.
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