Un nuevo método desarrollado en el Instituto de Sistemas Optoelectrónicos y Microtecnología (ISOM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en España, permite fabricar nanosensores ópticos capaces de adherirse a superficies irregulares y de naturaleza biológica, como la piel humana, lo que abre la puerta a su utilización como dispositivos 'vestibles' o 'llevables' (del inglés wearable) para monitorizar parámetros como la temperatura, la respiración o el ritmo cardiaco.
Además, se trata de una tecnología de fabricación de bajo coste puesto que hace uso de materiales como disco compacto (CD) de policarbonato, aluminio y cinta adhesiva de uso cotidiano lo que puede facilitar su implantación en el mercado.
Los investigadores del Grupo de Dispositivos Semiconductores del ISOM no sólo han diseñado un método de fabricación de nanosensores ópticos sobre cintas adhesivas normales (comúnmente llamadas 'celo'), es decir, flexibles, sino que también han demostrado algunas de sus potenciales aplicaciones.
Estos sensores flexibles permiten medir variaciones del índice de refracción del medio circundante, lo cual puede ser utilizado para detectar sustancias químicas.
Además, exhiben colores iridiscentes que varían con el ángulo de observación y/o iluminación, propiedad que facilita la detección a simple vista de variaciones de posición y topografía de la superficie a la que están pegados.
Lámina de aluminio con dos sensores ópticos sobre una cinta adhesiva Scotch. El área de cada sensor es 1 mm cuadrado. (Foto: UPM)
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