La mecánica cuántica es una de las teorías mejor probadas en la ciencia y una de las pocas que permiten a los físicos llegar a hacer experimentos para demostrar que Einstein no tenía razón. Un equipo de científicos de la Universidad de Griffith, Australia y la Universidad de Tokio, han demostrado que Albert Einstein estaba equivocado, revelando que la medición de una partícula sí afecta a su ubicación.
Colapso de una función de onda:
Esta puede extenderse a grandes distancias, pero no se detecta en 2 o más lugares. Esto es porque los físicos creen que el universo se comporta como una onda de probabilidad.
Las partículas están en muchos lugares a la vez, cada una con diferente probabilidad. Esto significa que si un electrón fuera disparado entre 2 aberturas, este atravesaría ambas. Pero si pusiéramos una cámara para revisar las aberturas, ña función de onda colapsa. Y por lo tanto se va a una de las aberturas, en vez de ambas.
En los años 1920 y 1930 Albert Einstein
afirmó que no podía apoyar esta idea, a la que llamó "acción
fantasmal a distancia". Según este fenómeno una partícula puede estar en
dos lugares al mismo tiempo gracias a la medición de su estado. De acuerdo con
la mecánica cuántica, una partícula puede ser descrita por una función de onda
que se propaga a lo largo de grandes distancias, pero nunca se detecta en dos o
más lugares.
Einstein no creía que existiera
"acción fantasmal a distancia" porque el fenómeno viola la
teoría de la relatividad, según la cual la velocidad de la luz es un límite de
la rapidez con la que cualquier señal puede viajar.
Los científicos dividieron un fotón entre
dos laboratorios y midieron sus propiedades ondulatorias, determinando que la
medición de la propiedad de una partícula cuántica en un lugar afecta a lo que
se ve en otro lugar, mientras la interacción entre las dos ocurre más rápido
que la velocidad de la luz.
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