Las imágenes del cerebro de personas que están mintiendo es diferente a las de quienes dicen la verdad y es posible que éstas puedan medirse a través de la resonancia magnética, lo que supondría el comienzo del fin del detector de mentiras, según han revelado investigadores estadounidenses."Es posible que haya zonas del cerebro especializadas en el engaño y éstas podrían ser medidas" con imágenes de resonancia magnética (IRM), dijo en una conferencia de prensa, Scott Faro, director del Centro de IRM de la Escuela de Medicina Temple, en Filadelfia.Añadió que de la misma forma en que hay zonas "de engaño", también "podría haber zonas especializadas y únicas del cerebro encargadas de la verdad".
La existencia de estas áreas especializadas en el cerebro fue el principal resultado de un estudio con 10 voluntarios a los que se pidió que mintieran respecto al uso de un arma. A otros tres se les solicitó que dijeran la verdad.Todos fueron conectados a un detector de mentiras al mismo tiempo en que se les aplicaba la resonancia magnética. Las diferencias entre los que mentían y los que decían la verdad era notable, según manifestó el investigador en una reunión realizada en Chicago de la Sociedad Radiológica de América del Norte,"Descubrimos siete zonas de activación de la mentira y cuatro áreas de la verdad", dijo.
Añadió que la mayor actividad de "la mentira" ocurrió en la zona frontal del cerebro, especialmente la media inferior y la central, así como en el hipocampo y las regiones mediotemporales.Cuando el sujeto dijo la verdad, se advirtió una mayor actividad en el lóbulo frontal y en el temporal.
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