La Cueva de Villa Luz es uno de las cavernas más asombrosas que estamos estudiando. Es una cueva saturada de ácido sulfúrico en Tabasco, México
Las Snottites / Biovermiculations son unas estalactitas goteantes y lodosas hechas de una gomosidad, que contienen bacterias en abundancia y hermosas formaciones cristalinas microscópicas de yeso. Crédito: Diana Northrup
Los ambientes cavernícolas son radicalmente diferentes a los de la superficie. La exploración de cuevas en Arabia Saudita realizada por un bien conocido equipo espeleológico, John y Susie Pint, ha demostrado que aún en esos ardientes desiertos arenosos, cuando se entra en esas grandes cuevas en forma de campana, se encuentran estanques en los que se puede bucear. El aire de esas cuevas está casi saturado de humedad. Es un cambio completo comparado con el ambiente que está encima. Éste es un enorme mensaje para la astrobiología: que lo que resulta dominante en la superficie no es necesariamente la pista para el lugar donde haya que buscar vida. Obviamente, los ambientes cavernícolas no tienen luz solar, de modo que los organismos que los habitan deben ganarse la vida de otro modo, ya sea por medio de los detritos de material orgánico que se cuelen hasta allí o, como es el caso de muchos organismos que estamos estudiando, por medio de transformarse en comedores de rocas. Estos muchachos están desagregando la roca que habitan con los ácidos orgánicos de expelen, y luego otros organismos penetran en estas diminutos micro-comunidades y oxidan los metales de la roca. Esta es la forma en que consiguen la energía que hace funcionar todo el ecosistema. Las cuevas son ambientes muy húmedos. En contraste con la superficie, son térmicamente estables; aún las cuevas que tienen una gran entrada abierta permanecen termalmente muy consistentes en su interior. Usualmente, los nutrientes son muy pocos. Son ambientes muy ricos mineralmente. Y no existe un tiempo climática convencional. De modo que existe en las cuevas de la corteza cercana un planeta muy diferente al que encontramos en la superficie.
Filamentos microbianos y baba verde en una roca. Crédito: Diana Northrup
Como resultado de todas estas condiciones tremendamente diferentes que se tienen en las cuevas, éstas resultar ser fábricas minerales únicas. Hay enormes números de formaciones minerales únicas que se encuentran en las cavernas. Las explicaciones para la ocurrencia de las mismas se localizan en buena parte en su infancia. Una de las cosas en las que estamos trabajando extensivamente es sobre si estos tipos de procesos de formación de minerales son biogénicos. Parece ser que hay muchos de ellos. Y los organismos no son simplemente observadores pasivos o utilizadores del ambiente, son mineralmente interactivos. Están cambiando las cuevas. Realmente, están interactuando con la roca básica y guían, y en algunos casos controlan, los tipos de depósitos minerales que van quedando. Me aventuraría a decir que la mayor parte de los organismos que encontramos son nuevos, no son conocidos para la ciencia. Desde un pequeño charco cavernícola al siguiente, encontramos quizás un 80% de organismos nuevos. Son realmente ambientes evolutivamente auto-contenidos. Muchos de ellos están físicamente aislados de la superficie, pequeños sistemas planetarios en miniatura dentro de su propio ambiente cortical. Las cuevas no solamente albergan estos asombrosos conjuntos de organismos, sino que también son maravillosos ambientes de preservación. Los organismos no solamente viven allí, sino que a menudo se auto-litifican. Realizan su auto-fosilización mientras aún viven. Hay algunas formaciones conocidas como “rizos U” en la cueva Lechuigilla que parecen muy orgánicas. Son ahora roca completamente nueva. Pero hemos estado estudiando sus contrapartes vivas en las cuevas modernas, y podemos ver que los rizos U son claramente los restos fósiles de alfombras microbianas que habitaban Lechuigilla hace unos 4 a 6 millones de años, cuando la caverna estaba activamente en formación. Cuando examinamos los fósiles en este material, encontramos filamentos y alfombras microbianos, e incluso bio-películas preservadas que caen como cortinados. Así que si se buscan bio-firmas, las cuevas son el lugar donde buscar. Hay un número de diferentes clases de ambientes exóticos con los que trabajamos en estas cavernas. Tendemos a escogerlos por sus propiedades químicas específicas. Buscamos cuevas que tengan atmósferas venenosas, que sean muy calientes o muy frías, que sean extremas en algún sentido, de forma que podamos observar los límites de la vida en este planeta, y aprender cuáles estrategias adaptativas pueden ser utilizadas por la vida en otros cuerpos del sistema solar.
La Cueva de Villa Luz es uno de las cavernas más asombrosas que estamos estudiando. Es una cueva saturada de ácido sulfúrico en Tabasco, México. Los gases del cercano volcán de El Chichonal llegan a esta cueva y la convierten en un ambiente extremadamente venenoso para trabajar en él. Hay enormes cantidades de sulfuro de hidrógeno, monóxido de carbono, bióxido de carbono, e incluso aldehídos y otras cosas nocivas por allí. Ese ambiente requiere protección completa. Pero es la cueva biológicamente más rica que hayamos visto jamás. Y es a causa de esos gases venenosos. Estos gases ponzoñosos no lo son para los organismos que viven allí. Es hogar dulce hogar. No estamos observando ambientes extremos para ver simplemente extremos donde la vida apenas si puede subsistir. Los observamos para buscar organismos para los cuales éste sea el ambiente más confortable, porque son representativos de lo que podemos encontrar como las condiciones promedio en otros cuerpos. Así, estamos intentando escribir la guía de campo para la vida desconocida. Es una cosa realmente dura de hacer. Pero el lugar donde tiene más sentido hacer ésto es en esa clase de ambientes protegidos y evolutivamente aislados. Mucho del material que vemos ni siquiera parece vivo. En una caverna encontramos esta cosa blanca lodosa en las paredes. Era barro viviente. Estaba compuesto de células y filamentos que se cubren a sí mismos con minerales de calcita. Estos organismos se encuentran produciendo activamente este material en las cuevas de todo el mundo. En otro lugar encontramos estos diminutos puntos blancos en las paredes. Estos organismos estaban ocupados disolviendo el basalto en un tubo de lava y haciendo su vida allí. Así que aunque algo pueda no parecer vivo (y a veces tenemos que trabajar muy duro para demostrar que está vivo), todos estos ambientes contienen formas de vida asombrosas que también dejan trazos de sí mismas. El tipo de trabajo en cuevas que hacemos también nos está dando una experiencia operacional que es muy valiosa para las futuras misiones de detección de vida, ya sean robóticas o en última instancia las tripulaciones del futuro. Estamos operando en ambientes extremos que son peligrosos. con una biología indígena extraterrestre sensible. En este caso, la biología extraña está en nuestro propio planeta. Pero sin embargo, es muy diferente a nuestro ambiente superficial. Tenemos que tomar precauciones para evitar contaminarlos, al mismo tiempo que nos arreglamos para no matarnos nosotros mismos. De modo que las cuevas están allí afuera. Sé que a medida que pase el tiempo y exploremos los planetas de nuestro sistema solar, encontraremos métodos cada vez mejores para detectarlas. Encontraremos formas de entrar en ellas. Hallaremos formas para taladrarlas, que serán mucho más fáciles que introducir un toma-muestras en la roca sólida. Y tendrán estructuras asombrosas, minerales asombrosos, e incluso quizás vida asombrosa.
1 comment:
Es muy interesante conocer de este lugar, ya que te das cuenta, al saber sobre las condiciones en que se desarrolla la vida ahi, de que la vida se puede dar en casi cualquier condicion y ambiente. Por consiguiente y por conocer estas condiciones en que se dan estos seres vivos, tambien podemos deducir de que es posible la vida en otros planetas, que asi como en este lugar en donde las condiciones de vida son muy inospitas, tambien se pudieran dar en otros planetas bajo otros ambientes.
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