Un equipo de científicos está estudiando algunas bacterias comunes en los suelos que "inhalan" metales tóxicos y los "exhalan" en una forma no tóxica.
Estas bacterias podrían usarse algún día para limpiar los residuos tóxicos dejados hace décadas por la producción de armas nucleares.
Usando una combinación única de microscopios, unos investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y sus colegas han logrado observar cómo las bacterias Shewanella oneidensis descomponen compuestos metálicos para extraer oxígeno químicamente.
El estudio proporciona la primera evidencia de que la Shewanella moviliza las proteínas dentro de la célula bacteriana hacia su membrana exterior para contactar directamente con los compuestos metálicos. Las proteínas se unen entonces con óxidos metálicos, que las bacterias utilizan.
Las bacterias no siempre tienen acceso al oxígeno. Sin embargo, aun si están enterradas en el subsuelo o sumergidas bajo el agua, pueden recurrir a compuestos metálicos para conseguir la energía que necesitan. Lo hacen mediante una forma arcaica de respiración.
Brian Lower, profesor de la Escuela de Recursos Naturales y Medioambientales de la Universidad Estatal de Ohio, y su equipo, están interesados en cómo pueden usar las bacterias para sanear entornos contaminados con compuestos de uranio, tecnecio, y cromo.
Los últimos dos son subproductos del plutonio. El Departamento de Energía de Estados Unidos está patrocinando el trabajo con la esperanza de que ello lleve a descubrir nuevos métodos para tratar los residuos nucleares generados por la producción de armamento nuclear en las décadas de 1960 y 1970.
La Shewanella se halla presente de manera natural en los suelos, y de hecho puede encontrarse incluso en cementerios nucleares como el de Hanford en el estado de Washington, EE.UU.
Con un conocimiento mejor de las capacidades de esta bacteria, los científicos quizá puedan algún día obtener por ingeniería genética una cepa de Shewanella capaz de limpiar sitios contaminados por residuos nucleares con una eficacia mucho mayor que la de los métodos tradicionales.
El peligro de estos cementerios es que los metales tóxicos son solubles, y podrían filtrarse hacia el manto freático y las reservas locales de agua. Las bacterias Shewanella convierten de modo natural metales tóxicos en formas insolubles, por lo que esos nocivos productos pasarían a sólidos estables en vez de a formar parte de líquidos inestables.
Estas bacterias podrían usarse algún día para limpiar los residuos tóxicos dejados hace décadas por la producción de armas nucleares.
Usando una combinación única de microscopios, unos investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y sus colegas han logrado observar cómo las bacterias Shewanella oneidensis descomponen compuestos metálicos para extraer oxígeno químicamente.
El estudio proporciona la primera evidencia de que la Shewanella moviliza las proteínas dentro de la célula bacteriana hacia su membrana exterior para contactar directamente con los compuestos metálicos. Las proteínas se unen entonces con óxidos metálicos, que las bacterias utilizan.
Las bacterias no siempre tienen acceso al oxígeno. Sin embargo, aun si están enterradas en el subsuelo o sumergidas bajo el agua, pueden recurrir a compuestos metálicos para conseguir la energía que necesitan. Lo hacen mediante una forma arcaica de respiración.
Brian Lower, profesor de la Escuela de Recursos Naturales y Medioambientales de la Universidad Estatal de Ohio, y su equipo, están interesados en cómo pueden usar las bacterias para sanear entornos contaminados con compuestos de uranio, tecnecio, y cromo.
Los últimos dos son subproductos del plutonio. El Departamento de Energía de Estados Unidos está patrocinando el trabajo con la esperanza de que ello lleve a descubrir nuevos métodos para tratar los residuos nucleares generados por la producción de armamento nuclear en las décadas de 1960 y 1970.
La Shewanella se halla presente de manera natural en los suelos, y de hecho puede encontrarse incluso en cementerios nucleares como el de Hanford en el estado de Washington, EE.UU.
Con un conocimiento mejor de las capacidades de esta bacteria, los científicos quizá puedan algún día obtener por ingeniería genética una cepa de Shewanella capaz de limpiar sitios contaminados por residuos nucleares con una eficacia mucho mayor que la de los métodos tradicionales.
El peligro de estos cementerios es que los metales tóxicos son solubles, y podrían filtrarse hacia el manto freático y las reservas locales de agua. Las bacterias Shewanella convierten de modo natural metales tóxicos en formas insolubles, por lo que esos nocivos productos pasarían a sólidos estables en vez de a formar parte de líquidos inestables.
Disponible en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/200409c.html
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