Los investigadores,
del Departamento de Energía del laboratorio Berkeley (Estados Unidos), se ha
podido construir el transistor más pequeño hasta la fecha, con un tamaño de
solo un nanómetro (500 veces más fino que una bacteria media, como Escherichia
coli), cuando hasta ahora el límite mínimo estaba en los cinco nanómetros.
Pero este pequeño
transistor experimental presentado hoy podría mantener viva la predicción de
Moore. La clave ha sido usar nanotubos de un material, el disulfuro de
molibdeno (MoS2), una molécula que parece tener futuras aplicaciones muy
prometedoras en LEDs, lásers o células solares.
«Nuestra investigación muestra que los transistores de menos de cinco nanómetros son posibles. La industria ha estado exprimiendo hasta el último bit de capacidad del silicio. Pero al cambiar el silicio por el MoS2, podemos hacer un transistor de solo un nanómetro de longitud, y conseguir que funcione».
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