Un circuito de sensor simple hecho con nanotubos de carbono, prometedores pero difíciles de manejar, representa el primer paso para hacer de este tipo de material algo práctico para la computación.
Los transistores hechos de este tipo de nanomaterial son más rápidos y más eficientes en su uso de energía que los de silicio, y los modelos de computadora predicen que los procesadores de nanotubo de carbono utilizarían decenas de veces menos energía que los actuales procesadores. Sin embargo, ha sido muy difícil convertir transistores individuales en circuitos complejos que funcionen.
Investigadores de la Universidad de Stanford han mostrado una manera en que puede solventarse este problema, por medio de la construcción de uno de los circuitos de nanotubos de carbono más complejos que se haya nunca realizado.
La demostración del circuito de nanotubos de carbono muestra que los transistores de nanotubos pueden tener muy alto rendimiento, dijo Subhasish Mitra, quien encabezó esta prueba conjuntamente con Philip Wong.
“Nos muestra que los transistores de nanotubos de carbono pueden ser integrados en la lógica de circuitos que funcionan a muy bajo voltaje”, dijo Aaron Franklin, quien desarrolla electrónica de nanotubos en el Centro de Investigación Watson de IBM.
El trabajo con nanotubos de carbono representa muchos retos –tantos como que el 30 por ciento de ellos son metálicos, en lugar de ser semiconductores, con el potencial de quemar el circuito. Los nanotubos tienden también a crecer similarmente a una maraña de espaguetis, lo que puede causar que los circuitos se interrumpan de manera inesperada. El método utilizado por el grupo de Stanford fue trabajar con sus imperfecciones, utilizando técnicas tolerantes al error que les permite construir circuitos que funcionen incluso cuando el material de inicio es defectuoso. “Queremos construir la complejidad del circuito, y posteriormente mejorar los métodos de construcción y construir así circuitos más complejos”, dijo Wong.
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