Especialistas del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y de otras instituciones académicas nacionales consiguieron que el Volcán Sierra Negra de Puebla se convierta en la sede del observatorio de rayos gamma HAWC (High Altitude Water Cerenkov), con el cual se pretende construir un mapa profundo del cielo.
HAWC será un observatorio capaz de monitorear las 24 horas del día las fuentes celestes emisoras de rayos gamma ubicadas a menos de 45 grados del cenit. Gracias a la rotación terrestre, el observatorio podrá registrar diariamente un mapa superficial de más del sesenta por ciento del cielo, lo cual permitirá, en un año, acumular información suficiente para obtener un mapa más profundo.
Las ondas de radio, la luz visible y los rayos X y gamma son manifestaciones distintas de un mismo fenómeno: las ondas electromagnéticas o fotones. Los rayos gamma son los fotones de mayor energía, y en particular HAWC estudiará el cielo detectando fotones con energías de billones (millones de millones) de electronvoltios (eV).
Un método para detectar estos fotones es la técnica Cerenkov de agua, que consiste en instalar una gran cantidad de este líquido a la mayor altura posible. Los rayos gamma de muy alta energía generan en la atmósfera una cascada de partículas, la cual crece hasta alcanzar un máximo a unos 6000 metros de altura y empieza a decaer al seguir avanzando dentro de la atmósfera. Las partículas de la cascada al entrar al agua emiten un tipo de luz conocida como luz Cerenkov, por el nombre de su descubridor.
El funcionamiento de los detectores Cerenkov de agua ha sido corroborado con el experimento MILAGRO, un estanque de 50 por 80 metros de lado y 8 metros de profundidad situado a 2630 metros de altura en Nuevo México, el cual ha estado estudiando el cielo desde 1999.
El HAWC contará con un detector Cerenkov de agua de 150 metros de lado ubicado a más de 4000 metros de altura, por lo que se convertirá en el observatorio más importante de su tipo en el mundo, capaz de realizar un mapa profundo de más de la mitad del cielo y de monitorear diariamente cuásares, destellos de rayos gamma e incluso el Sol.
Las características del observatorio, la necesidad de una infraestructura cercana y de un grupo científico local de importancia condujeron a contemplar dos sitios como posibles sedes: el Volcán Sierra Negra en México y el Tibet en China.
En México se logró reunir a un grupo de más de 40 científicos de diversas instituciones, incluyendo al INAOE, la UNAM, la BUAP, el CINVESTAV y a las universidades de Guanajuato y Michoacán, formando así un equipo científico mayor que el de los estadounidenses, quienes iniciaron el proyecto.
La colaboración mexicana que logró la sede del experimento está encabezada por Alberto Carramiñana, investigador del INAOE, e incluye reconocidos astrofísicos, físicos de altas energías, geofísicos e incluso expertos en geología e hidrogeología.
El HAWC, cuyo costo aproximado será de seis millones de dólares, podría comenzar a construirse a finales de este año e iniciar operaciones en el 2010. La aprobación final para instalar en HAWC en México depende únicamente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Blog de cursos y estudiantes de Químicas del Departamento de Ciencias Quimico-Biológicas en la Universidad de las Américas Puebla.
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