Wednesday, May 16, 2007

Huracanes Polvorientos

Los huracanes nacen en las aguas del Atlántico, en las cercanías de la costa oeste de África, se agrupan las tormentas eléctricas y por razones que aún nadie ha podido entender por completo, se unen hasta formar monstruosas tormentas giratorias que pueden atravesar el océano hasta llegar Al otro lado del océano a miles de millas de donde se originaron.


El lugar de nacimiento de los huracanes se encuentra muy cerca del desierto del Sahara, cuyas tormentas de polvo soplan su contenido sobre la región donde se originan los huracanes

En cuanto a los efectos existen al menos dos posibilidades señala Bill Lapenta, un investigador del Centro Marshall. Por un lado, el polvo podría fortalecer un huracán, ya que las partículas de polvo sirven como centros de nucleación para la formación de nubes y gotas de lluvia, con lo que se podría intensificar una tormenta joven porque la lluvia es una parte esencial del huracán. Otra es que el aire seco y polvoriento podría tener el efecto contrario al frenar el desarrollo de una tormenta, si altera los patrones de circulación atmosférica que son normales para una tormenta en crecimiento.
El otoño pasado, Lapenta y una docena de científicos se instalaron en Cabo Verde, con la misión de atrapar huracanes en pleno nacimiento lo quee s conoció como Análisis Multidisciplinario de los Monzones Africanos (NAMMA). Los investigadores del NAMMA monitorearon las áreas del océano cercanas a Cabo Verde en busca de aglomeraciones de tormentas y lograron detectar un grupo de ellas con potencial para formar un huracán. El Laboratorio Aéreo DC-8, equipado con instrumentos para medir la intensidad de los vientos, el vapor de agua, la humedad, la presión atmosférica y la temperatura, voló hacia el interior, y en derredor, de las tormentas.
Se tomaron muestras durante dos días el primero se detectaró muy poco polvo en el sistema de la tormenta, el aire estaba claro e inmaculado, pero al siguiente, se detectó grandes cantidades de polvo. De un día para el otro, el sistema de tormenta recolectó las pequeñas partículas de la atmósfera. Posteriormente la tormenta se transformó finalmente en un huracán de categoría tres, Helena, uno de los más poderosos que transitaron el Atlántico en la temporada de huracanes del año 2006.
El polvo es uno de los factores importantes para la formación de huracanes, pero también hay muchos otros, los vientos atmosféricos como la humedad y la temperatura de la superficie del mar desempeñan una función importante. El efecto del polvo depende de lo que esté sucediendo en el resto de la atmósfera en el momento en el cual el polvo entra en el sistema. Las investigaciones seguirían recolectando información en cuanto a los factores influyentes en la información de huracanas, y que específicamente es lo que modifica cada factor.

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