Los investigadores han usado bagazo de cerveza, el residuo resultante tras prensar y filtrar el mosto que se obtiene del grano de la cebada malteada. Blanca Casal Piga, del Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid (CSIC), explica la técnica: "Este material se prensa, se seca y se somete a diversos procesos hasta conseguir un material rico en fósforo, silicio, calcio y magnesio que, dada su similitud con la fase mineral del hueso, es adecuado para la ingeniería de tejidos óseos”.
El también investigador del CSIC Malcolm Yates añade otros usos: "el material también puede usarse para el crecimiento de células madre de grasa”. Añade además que "materiales naturales basados en coral habían sido usados para fines similares aunque su sostenibilidad es dudosa, ya que no pueden ser considerados renovables y su presencia es muy importante para el equilibrio del medio donde se desarrollan”.
Por otro lado, "la presencia de cationes biológicamente activos como el magnesio ayuda a la posterior biomineralización del sólido, por lo que no se requiere una segunda operación para extraer el implante”, concluye Yates.
En la investigación han participado los científicos del CSIC Malcolm Yates, del Instituto de Catálisis y Petroloeoquímica; Mª Ángeles Martín Luengo y Blanca Casal Piga, del Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid; y Milagros Ramos Gómez, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid), quien ha comprobado la biocompatibilidad de los materiales y su capacidad como soporte para este tipo de procesos. Ingeniería de tejidos
La ingeniería de tejidos, también conocida como medicina regenerativa, se encarga de reparar o reemplazar parcial o totalmente los tejidos (hueso, cartílago, tejidos grasos…) y órganos dañados tras una enfermedad o accidente, o por el desgaste de la edad.
Su desarrollo actual se basa tanto en el cultivo de líneas celulares más o menos pluripotenciales, como en el diseño de materiales que sirvan de soporte y estructura a las células. Estos materiales pueden ser de origen animal, una opción que se va descartando por el temor a que puedan transmitir enfermedades, o de origen sintético. Éstos últimos, generalmente, se obtienen mediante complicadas síntesis, utilizando reactivos tóxicos y calcinaciones a temperaturas muy elevadas.
"En este caso, todo el proceso patentado es acorde con un desarrollo sostenible, evitando el uso de sustancias y procedimientos tóxicos. Además, se elimina el problema que plantean estos residuos, ya que se utiliza como materia prima de una industria los desechos de otra, cerrando un ciclo sostenible de máxima disminución de impacto medioambiental y costes”, concluye la investigadora del CSIC Mª Ángeles Martín Luengo.
El también investigador del CSIC Malcolm Yates añade otros usos: "el material también puede usarse para el crecimiento de células madre de grasa”. Añade además que "materiales naturales basados en coral habían sido usados para fines similares aunque su sostenibilidad es dudosa, ya que no pueden ser considerados renovables y su presencia es muy importante para el equilibrio del medio donde se desarrollan”.
Por otro lado, "la presencia de cationes biológicamente activos como el magnesio ayuda a la posterior biomineralización del sólido, por lo que no se requiere una segunda operación para extraer el implante”, concluye Yates.
En la investigación han participado los científicos del CSIC Malcolm Yates, del Instituto de Catálisis y Petroloeoquímica; Mª Ángeles Martín Luengo y Blanca Casal Piga, del Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid; y Milagros Ramos Gómez, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid), quien ha comprobado la biocompatibilidad de los materiales y su capacidad como soporte para este tipo de procesos. Ingeniería de tejidos
La ingeniería de tejidos, también conocida como medicina regenerativa, se encarga de reparar o reemplazar parcial o totalmente los tejidos (hueso, cartílago, tejidos grasos…) y órganos dañados tras una enfermedad o accidente, o por el desgaste de la edad.
Su desarrollo actual se basa tanto en el cultivo de líneas celulares más o menos pluripotenciales, como en el diseño de materiales que sirvan de soporte y estructura a las células. Estos materiales pueden ser de origen animal, una opción que se va descartando por el temor a que puedan transmitir enfermedades, o de origen sintético. Éstos últimos, generalmente, se obtienen mediante complicadas síntesis, utilizando reactivos tóxicos y calcinaciones a temperaturas muy elevadas.
"En este caso, todo el proceso patentado es acorde con un desarrollo sostenible, evitando el uso de sustancias y procedimientos tóxicos. Además, se elimina el problema que plantean estos residuos, ya que se utiliza como materia prima de una industria los desechos de otra, cerrando un ciclo sostenible de máxima disminución de impacto medioambiental y costes”, concluye la investigadora del CSIC Mª Ángeles Martín Luengo.
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