Wednesday, April 18, 2007

Manuel PeimbertDescubridor de mapas de información sobre la evolución del universo

Las estrellas no son como las pintan. Ni tienen picos ni son del mismo color. Al igual que el Sol, son bolas de gas incandescente y tienen diversas edades y tamaños. Para el doctor Manuel Peimbert Sierra (DF, 1941), investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, las estrellas y la materia interestelar son un mapa de información específica sobre la composición química de las galaxias y la evolución del universo. Cuando era estudiante, Manuel Peimbert encontró su vocación en el cielo. Descubrió diez nebulosas planetarias junto con Gerardo Bátiz, que hoy llevan por nombre sus apellidos, y después otras 14, bautizadas como Peimbert-Costero. De varios miles de placas tomadas con una cámara especial desde el observatorio de Tonantzintla, el astrónomo en cierne y sus colegas observaron en cada una de ellas los espectros de luz que identificaban a los cuerpos celestes ­unos 5 mil por placa­, hasta encontrar las líneas de emisión de nuevas nebulosas.
De mil 400 nebulosas conocidas en nuestra galaxia, 200 han sido descubiertas por astrónomos mexicanos. Parte de esa aportación le pertenece al doctor Peimbert Sierra, quien estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM y después realizó un doctorado en la Universidad de California (Berkeley), Estados Unidos. Su línea de trabajo se centra en el estudio de las condiciones físicas del medio interestelar y de nebulosas planetarias en nuestra galaxia y en otras.
"Me dedico a observar nebulosas gaseosas en el espacio interestelar, y éstas son de varios tipos. Existen los sitios donde se están formando estrellas, llamadas regiones de hidrógeno ionizado. Otras son las nebulosas planetarias, es decir, nubes de gas expulsado por estrellas en su etapa de transición entre gigantes rojas y enanas blancas. He observado también remanentes de supernovas y gas en núcleos de galaxias. Con esas observaciones se pretende determinar la composición química de esos objetos y tratar de probar las teorías que hay sobre la evolución de las estrellas, la evolución de las galaxias y la evolución del universo en su conjunto.
"Al estudiar la composición química se puede saber qué tan contaminada está una galaxia y qué fracción de su masa inicial de gas se ha convertido en estrellas. Ello con el propósito de estudiar teorías de evolución de galaxias. Lo mismo en el caso de las nebulosas planetarias, la composición química muestra el resultado de reacciones nucleares que hubo en el interior de las estrellas."
Sobre nebulosas planetarias, el doctor Peimbert también ha establecido una clasificación ­ampliamente usada en el ámbito científico­ basada en su composición química. Asimismo, ha trabajado en el origen e historia de los elementos químicos que se formaron con el universo y los que conocemos actualmente.
Para el investigador, la astronomía es una de las ciencias más bellas desde el punto de vista de sus imágenes y su generalidad. "Estamos preocupados por el universo en su conjunto, por nuestra posición en él y por el presente y futuro de todas las cosas".
Es por ello, subraya, que si se desarrolla la astronomía o cualquier otra ciencia debido a las interacciones que hay entre todas, ello se va a trasladar a un mejor desarrollo general, ya que la ciencia básica es el sustento de la ciencia aplicada, el puente hacia la tecnología y la economía y, por lo tanto, de las cosas que nos afectan todos los días.
"Hay países que generan mucho conocimiento en ciencia y otros no. Los que producen poco dependen de los primeros. El salario en las naciones desarrolladas es 10 veces más alto que en las tercermundistas. Estamos atrasados en investigación y en educación, y en general en todas las áreas de creación.
"En este momento, en México hay un científico por cada 10 mil habitantes, y en los países del Primer Mundo hay 20 por cada 10 mil. A las universidades sólo llega 17 por ciento de los jóvenes en edad de cursar estudios superiores, mientras que en los desarrollados llega 50 por ciento.
"Eso no quiere decir que no haya talento en México, lo que pasa es que tenemos una serie de rezagos por resolver. Aunque a un joven le parezca difícil llegar a ser músico, actor, poeta o astrónomo, sólo necesita dedicarse a cualquiera de esas actividades con constancia y pasión. No se necesita ser genio para ser científico, sólo trabajo para tener éxito."

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