Karl O. Christe publicó recientemente
acerca de uno de los descubrimientos que marcaron a la química por siempre;
específicamente, el descubrimiento de 1962 por Neil Barlett acerca de la
formación de fluoruros de xenón. El dogma que establecía que los gases nobles
no podían reaccionar fue erradicado cuando Barlett demostró que el producto
XePtF6 podía ser formado en el laboratorio. Intentos de preparar
compuestos con gases nobles datan al sigo 19 y a pesar de que Walther Kossel y
Linus Pauling habían predecido correctamente que el kriptón y el xénon podían
formar floruros, ningún químico de la época tuvo la habilidad para poder
demostrarlo; esto llevó a la conclusión de que los gases nobles no reaccionaban
con nada. No obstante, mucho de esta falla experimental se atribuye al hecho de
que los gases nobles no eran fácilmente aislados; por lo que ninguna prueba
podía se llevó en realidad a cabo de forma exitosa.
Inicialmente
Barlett no se propuso formar compuestos de gases nobles; más bien buscaba la
síntesis de PtF2 por reducción del PtF4, llevando a cabo
experimentos para purificar su reactivo inicial mediante el calentamiento en
una corriente de flúor en un aparato de Pyrex con la finalidad de convertir el
contaminante presente a una especia más volátil (BrF3 à BrF5).
En estos experimentos el constantemente obtenía un sublimado rojo el cual
posteriormente identificó como O2[PtF6]. Barlett
reconoció este descubrimiento accidental como una oportunidad para desafiar
dogmas. Barlett razonó que si bien el PtF6 era un agente oxidante
extraordinariamente fuerte debido a su capacidad de oxidar oxígeno a O2[PtF6].
Basándose en los potenciales de ionización similares entre el xenón y el
oxígeno, Barlett realizó su ahora famoso
experimento. El número de compuestos de xenón se amplió en ese año a una
gama que incluía XeF2, XeF4, XeF6, XeOF4,
XeO3 y KrF2 y su caracterización correspondiente. La
determinación de las estructuras de estos compuestos y el mecanismo por los
cuales se forman fueron difíciles de elucidar y hasta hace poco se pudo dar una
explicación preferencial para la formación de algunas de estas sales.
El
autor describe la manera en que fue posible elucidar el mecanismo tomando en
cuenta conceptos básicos de la tendencia periódica, orbitales moleculares y
simetría: concluyendo que el descubrimiento de Barlett abrió paso no sólo a la
obtención de un compuesto nuevo espectacular, sino que también creo todo un
nuevo campo de la química el cuál continúa en crecimiento. Hasta el día de hoy
se han podido preparar más de 500 compuestos con gases nobles, aportándonos una
gama de compuestos que están en los límites de las interacciones enlazantes.
Información obtenida de: Christe, K. O., Bartlett's discovery of noble gas
fluorides, a milestone in chemical history. Chem. Commun. (Cambridge, U. K.) 2013, 49, 4588-4590.
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